La Cueva International

lunes, 15 de abril de 2013

Perdón

Te pido perdón.

Perdón por haberte hecho daño sin quererlo.
Perdón por no haber hecho caso de tus sabios consejos.
Perdón por haberme preocupado por ti en exceso.
Perdón por haber querido protegerte, a ti, lo que más quería.
Perdón por tantas llamadas perdidas.
Perdón por haber sido tan molesta y pesada, eras la única persona con la que podía hablar y que escuchaba mis problemas.
Perdón por haberte querido y por hacerte creer que no con mi actitud.

Perdóname.

Te perdono.

Te perdono tu desconfianza, esa que, por otra parte, comprendo que sientas, yo me lo he buscado.
Te perdono que me digas que ya no me quieres cuando sabemos que sí.

Te perdono.

Quizá nunca leas esta entrada, pero aquí lo dejo... Scripta manent.

domingo, 7 de abril de 2013

Ganas de verano

Me gustan los días grises, sí, es verdad, pero el verano tampoco está mal...

Creo que el verano nos gusta a la mayoría. El sol, el calorcito, los helados, la playa, la piscina...
Aunque he de decir que empezar a ir a la piscina a principios de junio y dejarlo en septiembre ya entradito, es un coñazo.

Al principio he dicho que me gustan los días grises, pero también el verano, y, en España, ¿dónde se consigue eso?
Pues en el norte, claro.
A lo largo de mi vida, he veraneado en diferentes sitios de España, tanto norte como sur, y para mí, la ciudad más bonita en la que he veraneado es Santander.

Desde hace casi 30 años ha sido uno de los destinos favoritos de mis padres.
Allí iban mis hermanas de pequeñas, incluso yo, antes de nacer ya andaba por ahí dentro de mi madre.
La mayoría de mis recuerdos allí son fotos y vídeos, pero en mi cabeza también hay almacenados momentos como: (y aquí voy a hacer una confesión) el comerme la arena del Sardinero (y tan rica, oye); el jugar con dos niños segovianos que creo recordar que se llamaban Juan y Jaime, pero tampoco estoy muy segura; la mujer que vendía a voces su mercancía ("PATATAS FRIIIITAS, CACAHUÉS"); el atascar con arena la regadera de juguete de mi hermana Carmen (jijijiji); los caballitos que giraban a una velocidad bastante considerable como para no poder ni bajarse por miedo a comerse el suelo del mareo; los helados de "regalmenta" (menta con regaliz); los perritos calientes de la Plaza Porticada, ahora trasladados a la plaza de al lado; el jamón y las tostas de quesuco fresco con anchoas de El Riojano...

Pero hay un recuerdo más: "El tercero de allá". Un apartamento que tenía el entonces Hostal, ahora Hotel París en el 3° derecha, (lo de allá es simplemente porque la recepción está a la izquierda) donde mi imaginación y una mancha de humedad en una pared me hicieron crear a Boni, un personaje que vivía allí.

Estuvimos unos años sin ir, explorando otros destinos, pero decidimos volver y nos encontramos con que todo el tercer piso estaba cerrado por reformas, el apartamento ya no se alquilaba desde hacía tiempo, ya no era hostal, sino Hotel y había ascensor.

Sin embargo, allí seguía todo igual.

El olor es el mismo de siempre, a limpio y acogedor, el comedor conserva su decoración victoriana, sigue el personal de siempre, muchos de los que estaban entonces y aún siguen, con
Doña Esperanza, al frente. Nunca olvidaré la cara de Doña Esperanza al verme  después de tantos años y decir "¿pero tú eres la rubiuca?¿La segoviana?"

Este año me apetece volver, aunque sea otro fin de semana en septiembre, como hace un par de años, aunque echo de menos la Semana Grande y los Baños de Ola, el olor a churros y algodón de azúcar en el aire, las canciones, la pirotecnia...

Tengo ganas de verano, y quiero un verano como los de antes.

lunes, 1 de abril de 2013

¿Por qué escribo con pluma?

Desde pequeña me ha encantado ver cómo el oftalmólogo al que suelo ir rellenaba recetas y cartillas de graduación con una pluma, siempre con tinta negra.

En unos Reyes, empecé a abrir paquetes y me encontré con un palillero con un juego de plumillas y un tintero, un rodillo de secante, un lacre con una E en el sello y el más bonito de todos... Una pluma de oca azul oscura con un punto de latón dorado. Preciosa.
Reconozco que lo he usado poco, pero es que ahora a ver quién manda cartas escritas a pluma selladas con lacre...

Y me pasé del Bic a las estilográficas en 4° de ESO después de que Fernando Lalana se pasara por el instituto a hablarnos de su libro (un poco a lo Umbral) El Asunto Galindo y después de la charla nos firmase los libros. Me fijé en que escribía con pluma y me dijo que rara vez usaba bolígrafo, ya que con pluma se escribe mucho más rápido.

Y por eso escribo con pluma. De todos los colores y estilos, cartucho o depósito, azul o negra para escribir y naranja, roja, verde, rosa y granate para poner títulos o subrayar.