La Cueva International

domingo, 7 de abril de 2013

Ganas de verano

Me gustan los días grises, sí, es verdad, pero el verano tampoco está mal...

Creo que el verano nos gusta a la mayoría. El sol, el calorcito, los helados, la playa, la piscina...
Aunque he de decir que empezar a ir a la piscina a principios de junio y dejarlo en septiembre ya entradito, es un coñazo.

Al principio he dicho que me gustan los días grises, pero también el verano, y, en España, ¿dónde se consigue eso?
Pues en el norte, claro.
A lo largo de mi vida, he veraneado en diferentes sitios de España, tanto norte como sur, y para mí, la ciudad más bonita en la que he veraneado es Santander.

Desde hace casi 30 años ha sido uno de los destinos favoritos de mis padres.
Allí iban mis hermanas de pequeñas, incluso yo, antes de nacer ya andaba por ahí dentro de mi madre.
La mayoría de mis recuerdos allí son fotos y vídeos, pero en mi cabeza también hay almacenados momentos como: (y aquí voy a hacer una confesión) el comerme la arena del Sardinero (y tan rica, oye); el jugar con dos niños segovianos que creo recordar que se llamaban Juan y Jaime, pero tampoco estoy muy segura; la mujer que vendía a voces su mercancía ("PATATAS FRIIIITAS, CACAHUÉS"); el atascar con arena la regadera de juguete de mi hermana Carmen (jijijiji); los caballitos que giraban a una velocidad bastante considerable como para no poder ni bajarse por miedo a comerse el suelo del mareo; los helados de "regalmenta" (menta con regaliz); los perritos calientes de la Plaza Porticada, ahora trasladados a la plaza de al lado; el jamón y las tostas de quesuco fresco con anchoas de El Riojano...

Pero hay un recuerdo más: "El tercero de allá". Un apartamento que tenía el entonces Hostal, ahora Hotel París en el 3° derecha, (lo de allá es simplemente porque la recepción está a la izquierda) donde mi imaginación y una mancha de humedad en una pared me hicieron crear a Boni, un personaje que vivía allí.

Estuvimos unos años sin ir, explorando otros destinos, pero decidimos volver y nos encontramos con que todo el tercer piso estaba cerrado por reformas, el apartamento ya no se alquilaba desde hacía tiempo, ya no era hostal, sino Hotel y había ascensor.

Sin embargo, allí seguía todo igual.

El olor es el mismo de siempre, a limpio y acogedor, el comedor conserva su decoración victoriana, sigue el personal de siempre, muchos de los que estaban entonces y aún siguen, con
Doña Esperanza, al frente. Nunca olvidaré la cara de Doña Esperanza al verme  después de tantos años y decir "¿pero tú eres la rubiuca?¿La segoviana?"

Este año me apetece volver, aunque sea otro fin de semana en septiembre, como hace un par de años, aunque echo de menos la Semana Grande y los Baños de Ola, el olor a churros y algodón de azúcar en el aire, las canciones, la pirotecnia...

Tengo ganas de verano, y quiero un verano como los de antes.

2 comentarios:

  1. Aaaaayyyy!!! Santandeeeeer!!! Y Puerto Chico, y La Magdalena, y Ciao (que tú no conociste, pero que era donde comprábamos la comida normalmente) y...
    Quiero volveeeeeeeeer!!

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  2. Vámonos tú y yo este verano!!!

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