La Cueva International

jueves, 15 de agosto de 2013

¡Quién fuera Robin Hood...!

Entrada también llamada "Historia de dos parejas de hermanas ancianas".

La primera pareja de la que escribiré eran dos hermanas de Galicia que vivían solas en un piso.
Eran muy mayores, y los vecinos solían ir a visitarlas, y cada vez que iban, desaparecía algo de la casa. Que si un cenicero, que si una figurita... Incluso el revólver que conservaban de recuerdo de su padre, militar.
Murió una de ellas, y a su hermana la llevaron a una residencia. El hombre que la ingresó, ni era de la familia, ni apenas conocía a la mujer, pero, ¿qué más da? Si la cuida, gana puntos para ser incluido en la herencia...
Ella también murió hace dos o tres años, no recuerdo bien. Y nadie de la familia sabe nada ni de cómo quedó el tema de la herencia, ni del tío jeta este. Sólo sabemos que el coche de las hermanas es ahora propiedad del hijo del "cuidador".

La segunda pareja, están vivas las dos. Una inválida en silla de ruedas, pero mantiene el sentido del humor, y tiene la cabeza perfectamente en su sitio y la otra, está como una rosa, y también muy lúcida, por cierto.
Pues estas dos hermanas tienen un vecino que abusa demasiado de su confianza y que está empeñado en que no están bien "del coco", así que las llevó a un hospital/residencia.
Mientras las hermanas están allí, su casa se va vaciando poco a poco. Ya no tienen casi joyas ni objetos de valor. ¿Que por qué lo sé? Porque la mayor va de vez en cuando a su casa a por ropa o a por cosas que necesitan y ve cómo están los cajones vacíos y algunos armarios con la cerradura forzada, que el hecho de que sea mayor no implica que sea ni ciega, ni tonta, ni que tenga boca para contarlo a quienes le inspiran más confianza.

Y es que, como digo en el título, a veces me gustaría poder vestirme de verde, ponerme un sombrero con una pluma, colgarme un carcaj al hombro y hacer una visita a esta gente tan indeseable que se aprovecha así de ancianas que les brindan su confianza.

Y ya sé que no está bien generalizar, y menos según están las cosas, pero el último energúmeno, es un banquero...

2 comentarios:

  1. Anónimo de la entrada anterior18 de agosto de 2013, 16:02

    ¡Fantástica entrada! No creo que se pueda plasmar mejor la situación de ancianos y vecinos, amigos o familiares que se aprovechan de los mismos como has hecho tú. Por supuesto que estoy de acuerdo con todo lo escrito, pero yo también creo que en muchas ocasiones desconocemos la situación de los que están detrás, de "los aprovechados". Quizás muchos de ellos son personas necesitadas que se aferran a un clavo ardiendo porque saben que esas personas tienen la vida solucionada por el Estado, con residencias y cuidados, y ellos no. Por supuesto que también nos encontraremos con personajes a los que les sobra el dinero.
    No sé si estas historias son reales o invención tuya (que por otra parte, podrían ser totalmente creibles) pero también las personas deben defenderse a sí mismas porque existen cuerpos nacionales de seguridad que todos los habitantes pagamos, y a los cuales todos tenemos el derecho de acudir, y poder decidles que tal persona o vecino les acosa con su patrimonio. Muy buena entrada, aunque hoy en día los robin hood no existen, porque sencillamente ni a los políticos ni a los ricos les interesa. Gran entrada!

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    1. Lo primero, darte las gracias por tu comentario. Y luego, decirte que, desgraciadamente, no me lo he inventado. Ambas situaciones son reales. No sé cuál será la situación económica del gallego y su familia, pero al otro sí que le conozco, y te puedo asegurar que de pobre tiene más bien poco. Yo hago lo que puedo desde aquí, no se puede hacer una denuncia formal porque no hay pruebas de los hurtos, aunque es más que evidente dado que él mismo ha llegado a admitir que regaló un objeto decorativo de la casa a su hija sin permiso. En fin, sólo espero que esta situación acabe pronto y bien, y que tú sigas "murcielagueando" por mi blog :-)

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