La Cueva International

viernes, 19 de julio de 2013

Vacaciones bloggueras

Aquí estamos, de vacas en Gijón y yo con mi Cueva abandonada, y llena de murcielaguina...

Por murcielaguina entiendo borradores que nunca verán la luz, como Yo crecí con Espinete y no soy de los 80', o la segunda parte de Las andanzas de Rodrigo, la cual resumiré en: Rodrigo muere de un disparo en brazos de Alejandro por salvarlos a Aldonza y a él de la hoguera y la horca respectivamente no sin antes decirle a Alejandro que "siempre" significa SIEMPRE y que a un hermano no se le abandona, y confesar su amor secreto por Aldonza.

No es un spoiler, simplemente no iba a publicarlo, ya lo he dicho. Tenía muchos borradores y mucha mierda aquí acumulada que he borrado directamente.

Mis vacaciones bien, gracias. Aburriéndome lo más grande, (para variar ¬¬) y a ver si cojo algo de colorcillo. De momento tengo una especie de mechas californianas naturales, así que guay, por algo se empieza, ¿no?
Y no quiero dar envidia, pero desde mi cama veo el mar y oigo las olas romper a cuatro pasos del hotel... Lo malo es la marea alta, que apenas hay playa y estamos todos como sardinillas en lata en una franja minúscula de arena, pero en el fondo es soportable.

Y no me voy a despedir sin contar mi peripecia con el vencejo...

El miércoles, antes de venir aquí, estaba terminando de preparar las cosas que tenía que traerme y que había que meter lo último en la maleta porque era para utilizar esa mañana y entré a mi habitación. Hasta ahí todo normal.

Lo anormal viene cuando, a oscuras y sin las gafas vi en el suelo detrás de la puerta lo que yo creía que era una pluma del plumero, así que fui a cogerla para tirarla... Hasta que me miró.

Claro, las plumas de plumero no tienen cabeza ni ojos, así que de un salto me subí a la cama temblando y con un susto enorme, casi al borde del infarto, gritando "¡¡¡HAY UN PÁJARO EN MI HABITACIÓN, QUE ALGUIEN VENGA A AYUDARME, QUE YO DE AQUÍ NO ME BAJO!!!". Cuando se me pasó un poco, conseguí subir la persiana para que vieran al animalito, y llega mi hermana Teresa y me dice "Este bicho tiene más miedo que tú". Lo cogió con cuidado en un papel de cocina y cuando lo tenía cara a cara le miré y vi que, efectivamente, temblaba él más que yo, pobre pajarito. Me dio mucha pena.
Al final se lo bajó mi hermana al portal y lo echó a volar. Le costó un poco, pero al final consiguió salir y levantar el vuelo.

Vencejito, donde estés, siento haber tenido miedo de ti... Buen viaje a donde fueses volando libre.

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