La Cueva International

viernes, 10 de enero de 2014

Magia, ilusión e inocencia

Bueno, esta entrada llega con una semana de retraso, pero llega.

Este es el cuarto año que he salido en la Cabalgata de Reyes de Segovia.
El primero salí yo sola de escriba de Melchor; el segundo y el tercero, con las del insti, de estrellita y panderetera respectivamente; y este año, he salido con mis hermanas: la mayor conmigo, de pajes de Melchor y la mediana de paje de Gaspar.

Ser paje de Sus Majestades de Oriente significa salir del Alcázar después de una presentación alucinante. Un ambiente que se consigue con los disfraces, el maquillaje, la música, las proyecciones, la pirotecnia...

El día anterior, en el ensayo general ya se notaban los nervios, pero fue la tarde del día cinco cuando dejamos de ser nosotros para convertirnos gracias a los disfraces de Herminia y el maquillaje de Zoraida Cerezo en los Reyes Magos y sus pajes y se nos pasó todo al oír la música que nos daba el pie para salir al balcón de la Torre de Juan II. Desde allí arriba y con el cañón de luz directamente en la cara no veíamos nada, pero se oían los gritos de los miles de niños que estaban en la Plaza de la reina Victoria Eugenia (el parking del Alcázar, para que nos entendamos) y en ese momento empezó la magia.

Salir del Alcázar con una locución que iba narrando quiénes eran los Reyes montada sobre la B.S.O de Robin Hood (si no la conocéis, os la dejo aquí) es realmente impresionante, y, de verdad, yo iba al lado de Melchor. Era él.

Luego llegamos a la Plaza del Azoguejo, donde teníamos un escenario para que los niños (y no tan niños) se acercasen a dar sus cartas y a expresar sus deseos a su Rey favorito.
Hubo momentos desternillantes con unos cuantos peques y sus ocurrencias, como una niña de unos tres o cuatro años con gafitas y dos coletitas que tenía cara de ser un bichillo a la que Melchor preguntó si había sido buena y ella respondió que "pichí-pichá"  provocando la carcajada de sus padres y nosotros tres. Otra pidió un hermanito, y un niño pidió la paz en el mundo.

Fue realmente emocionante y una experiencia inolvidable el sentir la inocencia de los más pequeños, y pensar "que nada ni nadie os quite la ilusión".

Sí, la noche del cinco de enero formé parte de la Corte del Rey Melchor.

Fotos y vídeos: http://segoviaaldia.es/not/68691/toda_segovia_se_vuelca_con_la_llegada_de_los_reyes_magos_

2 comentarios:

  1. Que bonito haber aportado un pequeño granito de arena en ese dia, debe ser una experiencia inolvidable y relatada por ti se vuelve fantastica

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    1. Gracias :-)
      Sí, es algo increíble y la verdad es que tanto tu equipo y tú en la Alhóndiga como tu hermana en el Alcázar hacéis un trabajo estupendo, y conseguís que sea aún más mágico

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